pintando a 2 manos

Dios nos ah dado al capacidad de expresar lo bello de la vida de mil formas nosotros como Jovenes somos artistas de nuestra propia vida. Cual es la obra que nosotros queremos plasmar; en tus manos Joven tienes la decicion de hacer de tu vida una obra de arte del agrado de Dios.

Estando en el Internet visitando youtube, me encontre con este video que en lo personal me hizo errizar mi piel. Recorde lo mucho que nesesito a CRISTO pues el es mi verdadero camino.. espero que les guste el video.


Dios los bendigan !

¿A quién oramos?errores en la oración de petición


Un amigo mío me confesaba: «De niño aprendí que orar es levantar el corazón a Dios para pedirle mercedes; de mayor he comprendido que orar es fabricar ‘mercedes’ para ofrecérselos a Dios». Tras el chiste, hay mucha teología de la buena.

En nuestro subconsciente late la idea de que Dios está en las alturas y hay que alcanzarle con esforzadas oraciones para que nos haga llegar su favor desde allá arriba. Estoy convencido de todo lo contrario: Dios es la cercana luz que quiere traspasar nuestras oscuras barreras y atraernos a sus brazos. Somos nosotros los que tenemos que dejarnos alcanzar y no a la inversa. Es Él quien llama “con gemidos inenarrables” (Rom 8,26) a su desorientada y amadísima criatura: “Estoy a la puerta llamando: si me oís y me abrís, entraré en vuestra casa y comeremos juntos” (Ap 3,20). Sólo hay que abrir y dejarle pasar.

Habitualmente pretendemos que nuestra oración mueva a Dios y nos resuelva los problemas, mientras nosotros esperamos el favor o el milagro sin utilizar nuestros dones, sin saber siquiera que los tenemos. Con demasiada frecuencia acudimos a la oración de petición sin acertar a pasar de ahí o, lo que es mucho peor, sin percatarnos de que oramos a los ídolos. Citaré algunos, sólo como ejemplo:

El dios de la manga, al que imaginamos en el Olimpo, distraído, absorto en sus cosas, incluso encolerizado por nuestros pecados. Y necesitamos llamar su atención, tirarle de la manga, para que se acuerde de nosotros y nos escuche: ¡Eh, que estamos aquí, auxílianos! O como decimos en las preces litúrgicas: “Te rogamos, óyenos”. Pero los problemas no se resuelven e inconscientemente nos vamos convenciendo de que es sordo. Incluso hay quien habla del “silencio de dios”, también es mudo.
El dios grifo, que nosotros abrimos a nuestro antojo con la oración y se cierra automáticamente cuando no nos acordamos de pedir. Sólo obtendremos el líquido deseado si apretamos el botón o giramos la llave. Si no responde a nuestra petición, pensamos que es un mal grifo, que está seco o que otros -más buenos- le han agotado.
El dios negociador, al que ofrecemos algún sacrificio, alguna promesa, alguna vela, a cambio de la deseada concesión. Negociamos de mil maneras para conseguir aquello que deseamos. Negociamos incluso con nuestro dolor: si me disciplino o uso cilicio o camino de rodillas, seguro que le conmuevo.

No nos damos cuenta de que ésos son dioses falsos, ídolos, que ni ven, ni oyen, ni entienden. El Dios verdadero sólo quiere nuestro bien y nuestra felicidad sin precio alguno, totalmente gratis. Basta con que lo busquemos por el camino correcto y nos dejemos inundar porque “mi yugo es suave y mi carga ligera” (Mt 11,30).

Hace poco leí en la portada de una revista católica algo que me estremeció: “Un milagro arrancado a Dios a base de oración”. ¿A qué “dios de granito” ora esa gente? ¿Cómo es posible pensar que hay que alcanzar la mano de Dios con escoplo y martillo? Yo creí que estas cosas no podían siquiera pensarse en nuestra Iglesia, y mucho menos publicarse.

El Dios en quien yo creo declara abiertamente: “encuentro mis delicias con los hijos de los hombres” (Pro 8,31). Nos creó con todos los recursos, nos ha dado preciosos dones, que debemos descubrir y explotar. Somos nosotros los que hemos de movernos, conocernos, hacer fructificar nuestros talentos, los que Él nos regaló cuando nos pensó desde la eternidad. Nuestro Dios, normalmente, no nos da peces, sino que nos proporciona la mejor caña (nuestros dones personales) y nos enseña a pescar (con su vida, su palabra y sus luces puntuales). Decía Martin Luther King: “Dios, que nos ha dado la inteligencia para pensar y el cuerpo para trabajar, traicionaría su propio propósito si nos permitiese obtener por la plegaria, lo que podemos ganar con el trabajo y la inteligencia”.

Y en Mateo se lee: “No todo el que dice: ¡Señor! ¡Señor!, entrará en el reino de Dios, sino el que hace la voluntad de mi Padre celestial… El que escucha mis palabras y las pone en práctica se parece a un hombre sensato que ha construido su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se echaron sobre ella; pero la casa no se cayó, porque estaba cimentada sobre la roca. Y todo el que escucha mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre insensato que ha construido su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se desbordaron los ríos, soplaron los vientos y se precipitaron sobre ella, la casa se cayó y se arruinó totalmente” (Mt 7,21).

Son por tanto las obras, las actitudes, la “decidida decisión de volver al Padre” lo que hará nuestra vida sólida como una roca y exitoso el camino de regreso. Nuestra apertura interior a su llamada, la andadura decidida y esforzada hacia sus brazos, es lo que conseguirá colmar nuestros anhelos. No el palabreo rutinario e interesado.

Juan nos advierte: “Todo lo que pidamos, Él nos lo concederá porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada” (1Jn 3,22). Es decir, el resultado está ligado a la aceptación de su maternal cuidado, de su amor gratuito. Lo mismo que la luz y el calor están asegurados para quien se expone al sol. Mateo insiste: “Al rezar, no os convirtáis en charlatanes como los paganos, que se imaginan que serán escuchados por su mucha palabrería. No hagáis como ellos, porque vuestro Padre conoce las necesidades que tenéis antes de que vosotros le pidáis” (Mt 6,7).

No, nuestro Dios no es un grifo, ni un buhonero de feria con el que se pueda hacer cambalache. Sería un dios muy pequeño. Nuestro Dios es un torrente que se vierte permanentemente sobre nosotros. ¿Qué hacer para obtener su agua? Abrirse, ensanchar el recipiente, vaciarse de estorbos, reconstruir las grietas. Si no, estarás bajo el Torrente pasando sed o recogiendo tu pequeñísima medida o perdiendo al instante lo recibido por tus múltiples ranuras…

Afirmaba san Ignacio: “Haz las cosas como si todo dependiera de ti y confía en el resultado como si todo dependiera de Dios”. Y san Agustín es todavía más rotundo: “La oración no es para mover a Dios, sino para movernos a nosotros” (Carta a Proba).

Cuando hablo o escribo estas cosas siempre hay alguien que pregunta: ¿Entonces por qué dice el evangelio “pedid y recibiréis”?


(+) fuente REVISTA FAST Por Jairo del Agua

[[ Nuestra Señora de Juquila ]]



Virgen de Juquila o Nuestra Señora de Juquila, es un culto mariano de la Virgen María bajo la advocación de la Limpia y Pura Concepción con el título de Juquila, originario de la población del mismo nombre. Su santuario se haya localizado en la población de Santa Catarina Juquila, en el estado de Oaxaca, México. Su fiesta se celebra el 8 de Diciembre con música típica, bailes tradicionales, y festejos de gran colorido.

Se trata de una de las manifestaciones católicas en México con mayor cantidad de devotos que le rinden culto, sólo antecedida por las de la Virgen de Guadalupe y la Virgen de San Juan de los Lagos. Es considerada la segunda patrona del estado de Oaxaca, siendo la primera la Virgen de la Soledad en la ciudad capital.

Por muchos fieles también llamada como Virgen de Juquilita o simplemente Juquilita, recibe a cientos de miles de visitantes al año en su santuario que llegan en peregrinaciones procedentes de distintos puntos de los estados de Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Hidalgo, Estado de México, Guerrero y Veracruz.

Oracion a la Virgen de Juquila

Madre querida, Virgen de Juquila, virgen de nuestra esperanza. Tuya es nuestra vida, cuidanos de todo mal. Si en este mundo de injusticias, de miseria y de pecado, ves que nuestra vida se turba; no nos abandones, madre querida. Protege a los peregrinos, acompañanos por todos los camino. Vela por los pobres sin sustento y el pan que se les quita retribuyeselos. Acompañanos en toda nuestra vida y libranos de todo tipo de pecado. Amen. (Rezar por 9 dias esta oracion y pedir 3 deseos, uno de negocios y dos imposibles; y publica esta oracion al noveno dia.)

Madre querida, Virgen de Juquila, virgen de nuestra esperanza. Tuya es nuestra vida, cuidanos de todo mal. Si en este mundo de injusticias, de miseria y de pecado, ves que nuestra vida se turba; no nos abandones, madre querida. Protege a los peregrinos, acompañanos por todos los caminos. Velapor los pobres sin sustento y el pan que se les quita retribuyeselos. Acompañanos en toda nuestra vida y libranos de todo tipo de pecado. Amen



(+)fuente: wikipedia