Cada adviento es un regalo de Dios para ti y para mí. Es un tiempo de gracia y bendiciones para toda nuestra familia. Es un tiempo breve, pero significativo. Es un tiempo de reflexión y crecimiento. Es un tiempo de conversión y de compromiso.
Sin embargo, esta sociedad en que vivimos, con todas sus promesas de felicidad y éxito, con todo el consumismo y entretenimiento, nos impide vivir con intensidad los momentos que Dios nos regala. Adviento 2008 puede ser diferente, si te decides a asumirlo con la seriedad que merece.
Las cuatro reflexiones de adviento y la reflexión de Navidad que te ofrecemos pueden ayudarte a vivir el adviento y celebrar la Navidad de una manera diferente. Te exhortamos a usar estas reflexiones en familia y, si es posible, también con tus vecinos.
Lo importante es que permitas que todos y todas compartan lo que piensan y sienten. Y luego oren lo compartido. Nadie debe constituirse “maestro”; todos somos iguales y podemos compartir aquello que Dios pone en nuestro corazón. Que tu timidez no sea un obstáculo para que Dios no pueda manifestarse a través de ti. Dios quiere hacerlo.
En cada encuentro debe haber un momento para orar desde el corazón, y orar aquello que hemos compartido. También sería bueno asegurar que el encuentro sea algo festivo. El Dios de Jesucristo es el Dios de la Fiesta.
¡Vivamos este adviento 2008 con esperanza y compromiso! No caigamos en la trampa del consumismo, de la indiferencia y de una piedad farisaica. ¡Qué la Encarnación de Dios en la historia comience a hacer la diferencia en nuestra vida!.
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